martes, 19 de enero de 2016

La guerra ¿Buena para la economía?

En diversas épocas la guerra ha funcionado como un catalizador para activar la economía de cierta civilización, sector o grupo determinado de personas, a costa de promover el saqueo, la colonización y la sustitución de aquellos bienes que han sido destruidos por nuevos, de esta manera la riqueza fluye sólo por algunas manos.
Sin embargo, la idea de que la guerra es buena para la economía en tiempos recientes, viene de la primera y segunda guerra mundial; cuando Estados Unidos impulsó su industria armamentista, aeronáutica, naval, etcétera, promoviendo una gran contratación de personas a esta industria en auge; pero no solo industrias relacionadas con la guerra se beneficiaron en ambos conflictos a escala mundial, pues nuestros vecinos del norte vendían insumos de todo tipo a países europeos en la ruina; ya que sus industrias estaban devastadas, los países pagaban en oro físico y la súper potencia en ascenso acumuló año tras año un superávit comercial nunca antes visto, así como llegamos a escuchar hasta nuestros días, que la segunda guerra mundial sacó a los Estado Unidos de la Gran Depresión, destacando que el país entró a ambos conflictos al final y su territorio nunca sufrió daño.
Incluso aquellos que creemos que el dinero y el poder mueven a algunos en la punta de la pirámide a promover estos conflictos, nos cuestionamos si las guerras mundiales y los actos bélicos posteriores que el imperio americano desató hasta nuestros días, fueron propiciados.
Pensando más allá de lo que nuestros libros de historia universal o documentales nos quieran vender, la guerra sin lugar a dudas es el mejor negocio en este mundo, después de la emisión de moneda creada a base del crédito por los bancos.
Hoy en dia, de las 100 empresas que más beneficios aportan a la guerra, 39 son estadounidenses y debido a los conflictos que se desataron por el terrorismo en Medio Oriente, no es ningún secreto que estas entidades escalan nuevos máximos en el mercado de valores.
Por ejemplo, el gigante Lockheed Martin el principal contratista del pentágono y más importante empresa de la industria armamentista en el mundo, afirmó que prevé ingresos en el ejercicio del 2015 por 45,000 MDD y ganancias en el mismo año por 5,000 MDD, contra 3,614 MDD del 2014, es decir un aumento del casi 49%, cabe señalar que en el 2014 vieron cómo su beneficio neto aumentó un 21%.
Mostrando un gráfico de su actual desempeño en el NYSE

Boeing es una empresa de aeronáutica, proveedora para el departamento de defensa americano y el mayor fabricante de aviones comerciales, junto con su rival Lockheed Martin, la empresa presiona regularmente al congreso de EUA para ganar contratos militares y aumentar el gasto de defensa. Tuvo beneficios en el 2014 por 5,446 MDD, teniendo un aumento en su beneficio neto de 18% con respecto al 2013.
Mostrando su desempeño en el NYSE.
Conforme a esto, la idea de que “La guerra es buena para la economía”, sí lo es como nación, mientras no esté implicada y venda a los participantes bienes y servicios, pero también es cierto que las últimas guerras sólo lograron beneficiar a estas industrias y crearon agujeros deficitarios en EUA, pero lo más importante a considerar, es que se puede impulsar la economía con ideas pacíficas, por ejemplo, sin el intervencionismo del estado.
En estos momentos debido a los ataques de falsa bandera adjudicados al terrorismo en occidente, la popularidad es para aquellos candidatos a la presidencia de Estados Unidos que hablan de fortalecer la defensa nacional y dejan todos los demás temas de lado. Por lo que mientras la sangre siga corriendo, los beneficios aumentarán y un nuevo conflicto bélico a escala mundial se vislumbra en un reloj en cuenta regresiva y no es difícil adivinar quiénes serán los principales beneficiados.
Esto sólo se puede catalogar como otro acto desesperado después de varios intentos fallidos por impulsar las economías estancadas con métodos como la guerra de divisas, guerras comerciales y el último recurso “la guerra bélica”, sin lugar a dudas esto tampoco nos sacará de la recesión que se asome este año y el pronto derrumbamiento del sistema crediticio mundial, debido al riesgo de daños que está implícito.

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